Llámame Germana

Germán es llamado a filas para cumplir con el servicio militar obligatorio, siendo que el ejército es algo que siempre le ha repugnado. Conocedor de las posibles causas de exención del mismo según las leyes de la época, escoge convertirse en travestí para librarse de la “mili”. Así pues, dedica todo el tiempo que le queda hasta que haya de presentarse en la Caja de Reclutas de su provincia, a tratar de componer con su cuerpo y sus habilidades una imagen perfecta de mujer, de manera que pueda solventar con éxito el examen psicológico que deberá pasar ante un Tribunal Médico. En ese tiempo y tras largos ensayos y diversas prácticas en el pasillo de su casa, determina por fin salir a la calle completamente transformado y decidido a experimentar hasta qué punto puede ser confundido con su sexo opuesto. El destino quiere que, cuando ya domina la mayoría de las artes de seducción femeninas y consigue que su rol de “mujer” sea creíble a los ojos de quienes no le conocen, se encuentre con el hombre de su vida, un hombre del cual no sólo se enamorará sino que se convertirá en la llave maestra que le haga lograr su objetivo: librarse de hacer el servicio militar.