La mejor razón para vivir / de Juan Bufí

Sylvie llega a Barcelona desde París, huyendo de su tragedia, sola y triste, hacia un futuro desconocido. Ella es una mujer atractiva, inteligente, espontánea y de gran capacidad humana. A pesar de sus 26 años tiene una formación académica excelente. Descubre lo peor de la sociedad, pero también encuentra lo mejor de la vida. Su curiosidad y don de gentes, la llevan a conocer siempre las personas adecuadas, que cambian su existencia.

Sylvie y Carlos, se conocen en Barcelona de modo casual, una forma equivoca, ya que todo tiene un porqué, y una razón de ser ―donde la serendipia actúa ampliamente y sin complejos―. Los sentimientos surgen para dar paso a un vínculo donde impera el afecto, la amistad y el cariño, por este orden natural de crecimiento, y como resultado de las cosas bien hechas.

Las necesidades creativas de ambos, dan un vuelco a sus vidas, salvando escollos y acometiendo con ímpetu, un proyecto común, que afecta también a sus amigos, aprovechando las sinergias de todos y forjando un círculo de AMISTAD, que les conduce a un estatus impensable. El ánimo y agudeza de los personajes, dirigen la historia, mostrando su complicidad en la vida a través del desarrollo personal y, los negocios de una realidad alternativa de metaverso.

Los protagonistas son dueños de sus decisiones, pero el éxito resulta insuficiente cuando el destino interviene en el papel que les tiene reservado a Sylvie y Carlos.

La responsabilidad y voluntad final de Carlos, resulta clave para implementar un propósito determinante de justicia, humana, anónima y… del más allá. Una obligación tacita irrenunciable ―tal vez un encargo―, que debía llevarse a cabo en un momento improrrogable, contribuyendo al futuro bienestar de la humanidad.