Josefa Balasch, Pepita para los amigos, es una mujer aparentemente corriente. Nació en una zona rural en la provincia de Lérida en la década de los 50, que aunque fueron años de poca abundancia, ella se sintió compensada por el afecto y el cariño que siempre recibió de su familia.
De niña era imaginativa y soñadora, fantaseaba escribiendo su diario cual heroína de cuentos. Escribía poesías y relatos románticos en los que se involucraba hasta llegar a sentirse protagonista de sus propias invenciones; y, sin que nadie reparase en ello, se estaban forjando los rasgos inconfundibles de una auténtica escritora.
Aunque dispone de un extenso material escrito que ha ido elaborando en momentos de retiro e intimidad a lo largo de su vida, como: poesía, notas, cartas, análisis, relatos cortos y ensayos; éste es el primer libro que publica, pero sé que no va a ser el último. Esto es sólo el comienzo de una nueva vida. Su deseo es “esconderse” en un pueblecito de la Costa Brava y dedicarse exclusivamente a la escritura. ¡Que así sea!
