Joan Fusalba era un hombre corriente, con el estrés y las prisas que conlleva vivir aquí y ahora; hasta que, a consecuencia de un cúmulo de experiencias personales, unas enfermedades que le hicieron replantearse su día a día, y una serie de contactos providenciales, ¡encontró el sentido de la vida! Ahora sabe y nos cuenta: cómo se consigue la felicidad y dónde se encuentra la esencia de lo verdaderamente importante. Su vida ha dado un giro de 180 grados. Se podría decir que ha renacido o ha dado salida a su alma.
No creo que lo que se ve es lo real, sino en la forma en que realmente lo vemos.